Que triste
semblanza...su desolado perfil
tiene la
apariencia de un sepulcro;
sombrío,
solitario, parco
con
esa usanza tan rala.
Toda una
ruina y su ornamenta
son los
vestigios enterrados;
un
esqueleto que demuestra que
aquel ser
no menos amorfo
perdió la
cabeza,
y el corazón
horadado
por la
carcoma y el roer de los gusanos,
los
dedos y los pies mutilados.
Tan
desprendido cual mudo espectro,
transmutado
y atónito
ante
la condena de vivir
exiliado
solo para
verse agonizando.
Percatarse
de que ni la muerte perdona.
Que se es
una marioneta
en las
manos de la historia.
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