Vale morir de amor así si inmortaliza

 

Me siento uno de ellos…
Poetas que de morir de amor se inmortalizan.
Poetas que en el ofrendar la vida desvivían.


Yazco tendido en un sedoso lecho.
Inmerso en llanto púrpura,
aflorando este dolor de sentirle y no tenerle,
en lienzos blancos como redención.


Desvivo expuesto cual legionario del amor
en pos de mi ideal y mi ilusión,
clamando a través de mis heridas,
sé que el llanto me vestirá de gloria un día.


¡Le amo! ¡Le amo así con tal devoción!
Consagrándome a este culto,
que de venirlo comulgando
se me ha vuelto sagrado.


¡Le amo a lo puro!
Como santo sin pecado,
Como mártir sin culpa ,
expiando los anhelos
y exiliando el cuerpo.


¡Yazco así en blancos lienzos!
Dando la vida en cada entrega
Como ofrenda para sus ojos.
Como ofrenda para su alma.


Honra sentirse como ellos…
Poetas que de morir de amor se inmortalizan.
Poetas que en el ofrendar la vida desvivían.

Al mirador

Tus ojos son
el encantado vehiculo
que me lleva a ti mirador.
Donde no sé si la noche declina
en una lluvia de estrellas,
o son las luces de la ciudad
las que brillan como ellas en tus pupilas.

No sé, no sé
si tengo los pies en la tierra
¿O es que aún
tú me traes de cabeza?

Pero cuando me miras...me fijo,
me sostienes,
somos como dos locos sentados
al borde del precipicio.

En silencio, tan solo contemplando.
He pensado...
Que todo esto no es una simple expresión.
Que para citar al amor…
No hay lugar más bello y romántico
que tus ojos.

 

A él...Que se fué

Ella tiene tu rostro.
Ella lleva tu ternura en sus ojos.
Tu dulzura en los besos y sus abrazos.
Ella es en mi oscuridad...Un cielo estrellado.

¡Pero a ella no puedo darle tus besos!
¿Quién beberá de esta boca?
El vino dulce y amargo reposado
que me quema los labios.

En nuestra habitación casi todo sigue intacto,
excepto tu retrato, que consume su papel…
Con la ansiedad de mis besos alocados.

Yo te voy a esperar hasta más allá de la vida,
porque me hice mujer en tus manos,
no creo posible que tu amor me espere en otros brazos.

¡Nunca mis labios amorosos dirán otro nombre!
Porque tú y yo nacimos cuando nos conocimos.
Tus ojos son el brillo de los míos
y tu boca ¡Ay tu boca!
Imposible seria comulgar otra hostia.

Yo no sé pero te esperaré más allá de la vida.
Haré de mis días una esperanzada alegría
y de mis inquietas noches…Una solitaria orgía
para calmar este fuego que me consume por dentro
con mis sabanas blancas y mis dedos.

¡A ella puedo darle el amor que les tengo!
Pero la chispa encendida… ¡La mantienes tú y los recuerdos!