miércoles, 27 de junio de 2012

Acorralado

¡Pobre canario!
 Aún recuerdo cuando lo cautivaron…
 Inquieto cantaba,
 de un lado a otro saltando en su jaula.

Picando su alpiste,

bebiendo su agua,
contento cantando
saltaba y saltaba.

No sé si por viejo,

 por enfermo,
 o porque su canto 
 parece disco rayado…

Se le han cortado las alas al pobre canario,

 abrieron la puerta al fin
 
y dicen que no la quiere cruzar, 

mas sabe que el vacío no es para asir.

¡Ahora sí que está acorralado!

 Ni come, ni vuela, ni canta. 
No sabe si morir en la raya
 o entregarle al gato su alma.

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