viernes, 20 de enero de 2012

Ojalá pudiera amarte sin recelos


Ojalá te hubiera dado libertades como al viento, 
tan fugaz y tan etéreo, 
cual impetuoso caballero, montado en los bríos de una ráfaga; 
tenues silbidos como serenata, 
y yacieras en mi alcoba tras colarte por la ventana. 
Y me besaras en la cara, 
despeinando arrebatado mis cabellos 
y tu aliento agitado deslizándose en mi cuello; 
induciéndome entre abrazos atrevidos 
como a una mariposa entre suspiros.
  ¡Ojalá pudiera amarte sin recelos! 

  Ojalá te hubiera dado libertades como al viento,
  sosteniendo furtivos amoríos; 
hoy tendría la certeza de tu regreso. 
Sabrías que aún te espero tras la ventana abierta; 
sabrías que yo tengo la mancuerna, 
que dejaste enredada entre las sábanas.





 


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