Ojalá te hubiera dado libertades como al viento,
tan fugaz y tan etéreo,
cual impetuoso caballero, montado en los bríos de una ráfaga;
tenues silbidos como serenata,
y yacieras en mi alcoba tras colarte por la ventana.
Y me besaras en la cara,
despeinando arrebatado mis cabellos
y tu aliento agitado deslizándose en mi cuello;
induciéndome entre abrazos atrevidos
como a una mariposa entre suspiros.
¡Ojalá pudiera amarte sin recelos!
Ojalá te hubiera dado libertades como al viento,
sosteniendo furtivos amoríos;
hoy tendría la certeza de tu regreso.
Sabrías que aún te espero tras la ventana abierta;
sabrías que yo tengo la mancuerna,
que dejaste enredada entre las sábanas.
tan fugaz y tan etéreo,
cual impetuoso caballero, montado en los bríos de una ráfaga;
tenues silbidos como serenata,
y yacieras en mi alcoba tras colarte por la ventana.
Y me besaras en la cara,
despeinando arrebatado mis cabellos
y tu aliento agitado deslizándose en mi cuello;
induciéndome entre abrazos atrevidos
como a una mariposa entre suspiros.
¡Ojalá pudiera amarte sin recelos!
Ojalá te hubiera dado libertades como al viento,
sosteniendo furtivos amoríos;
hoy tendría la certeza de tu regreso.
Sabrías que aún te espero tras la ventana abierta;
sabrías que yo tengo la mancuerna,
que dejaste enredada entre las sábanas.