jueves, 9 de mayo de 2013

Flux el legendario




Nunca al convocarlo proferí un impropio...
  Como todo legendario personaje
de afelpado traje gris y ojos pizpiretos
él tenía nombre propio.   


Flux, insignia de un sacramento.
Garbo al caminar,  todo bonachón,
con su copete de burgués rimbombante
 en actitud intrépido y travieso.

Pequeño y esbelto, tan peculiar,
  que solo engordaba cuando le crecía el pelo
o incitado el brío se le abotargaba el pecho.

  No existía rival para él;
sables largos dientes afilados,  
 ni desafiaos, ni duelos,  
no media su linaje con su ilustre ascendencia
 y todos pasaban de reverentes como caballeros.

Sólo la muerte le jugó chueco.
Y como a los héroes en su última batalla
  su dios le concedió la gracia
 de morir en su patria, en su cama.


Valiente, en sabio gesto de paz,

exhaló ultimo aliento
ante mis implorantes ojos que lloraban
como la vela encendida 
de su amoroso lecho.


 
Dedico este poema a mi Flux, un french que vivió conmigo casi 11 años, murió atacado por dos perros grandes del barrio ayer 8 de Mayo del 2013 en una insolita noche, pero pudo levantarse y entrar a casa y aguantar y morir ahí frente a mi, supongo que fué feliz, todos los días tenía sus ratos de libertad porque no le bastaba el grande patio y se consideraba el líder de la manada de las hembras sus compañeras.Los perros del barrio lo respetaban, no por ser grande si no por ser noble, leal y fiel, no sé  porque  anoche lo atacaron, me  hubiera gustado estar para defenderlo como sea.En mi corazón queda como , como un ser legendario porque siempre lo recordaré con cariño y admiración.

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