La conquista

Encuentro

Uno a uno... desfilan poetas y poetisas,

floridos, con sus trajes típicos,

enaltecen su tierra.

Algunas traviesas, en el crepé,

llevan la bandera.

Fieles a su doctrina, en el retiro,

va la humildad por los caminos.

¡Ay de quién no aprecie

al hijo pródigo en su cepa!

¡No os consentirá la musa!

Si no reconocéis...

El valor espiritual,

contemplativo,

de un pueblo místico.

Me gusta

No sé qué me gusta más…
Esas niñas cándidas 
que en su mirar se delatan,
la inocente sensualidad  
de su boca cuando habla,  
su tez plácida  
que en el medio del silencio
 revela la mas bella inquietud
 o la ternura al alba  
en el rubor de sus mejillas  
y mi sonrisa  
cuando le digo que me agrada.

Aquí entre nos

Mi alma,
que en su improfanable tumba
porta la inscripción
de difunto en su epitafio,
un túmulo de tierra
y en honor piedra de mármol,
descubre su maravillosa humanidad
cuando tu fantasmagórica aparición
  la resucita.

Aquí entre nos….
Nuestro estado exánime
no es más que inmortalidad, amor.

La mujer ideal

¡Quién fuera como tú, muñeca!

Tan hueca…

Que tus necesidades no van más allá

de unas piernas de felpa.

Tan quieta...
Que el tiempo ni te va ni te viene.

Tan callada, con toda tu expresión

impresa, en unos ojos de plástico.

Tan bonita, que sin aspirar a nada,

inspiras admiración.

¡Quién fuera como tú, muñeca!

Para ser la mujer ideal.

Calla

Sigue así...

¡Calla!

  No comprometas

el instante incontenible

de nuestros ojos 

cuando se encuentran,

abrazados por cortesia,

y en la acción...

Sugieren al oído una y mil cosas

como que a nuestra condición de amigos

la delata el sentir con su mutismo.

Porque en el impedir va el hecho

Podrás negarte a amar
pero no impedir que te lleve dentro
como pez en el agua y flor estrellada

en los racimos de un te quiero.



Que cuando te recuerdo

las albricias se me vuelven sentimiento
y las viejas acaudaladas

caen por su propio peso.

Lo que tú crees imposible

se me da
 cual don a un genio

en un confort del cielo.
 
En la concavidad de los amartelados

los escollos no son más

que arrecifes de coral

donde se dejan ver las  sirenas.

Sumario de primavera

La primavera no es una niña,

es la estación de marzo,

con sus luces encendidas

y sus móviles en auto.

Un mundo revesado,

donde, la pasajera es ella,

y nosotros la parada en un semáforo.

Recelo o reconcomio

No querrás verme tan obvia,
con mi destacamento de susceptibilidad,
cual pendón de una comitiva
que protesta por necesidad.
No querrás, en tu azarosa instiga,
descubrirte como dios,
ante la sumisión
de mis puntos débiles.
No querrás poseer un arma,
desbocar el gatillo
y con un placer que raya en sadismo,
verla vomitando fuego...
Siendo tú la carne
que se chamusca en la ardiente punta
de hierro.

Amor prohibido

Amor prohibido;
renegado querubín,
adversario de Dios
y tentador de los hombres,
que en paramos yermos
preñas adoración,
y en un aborto
de placenta y sangre
engendras dolor
¡Regocíjate¡
Tus idólatras siervos...
Paren cuates.

La duda

La duda es
la mal nacida criatura

de un enredo

que se engría mordaz
en la conciencia
de un incrédulo
y crece con el tiempo.

El endemoniado ser
que se mete por los ojos
y hace de los videntes ciegos.

El perverso gurú
que con engaños te lleva
a insospechados lugares…
Hasta el Parnaso
a cuestionar el oráculo de Delfos
y descubrir
que ni el canto de las pitonisas
resuena en los oídos sordos
de un inconforme.