Uno a uno... desfilan poetas y poetisas,
floridos, con sus trajes típicos,
enaltecen su tierra.
Algunas traviesas, en el crepé,
llevan la bandera.
Fieles a su doctrina, en el retiro,
va la humildad por los caminos.
¡Ay de quién no aprecie
al hijo pródigo en su cepa!
¡No os consentirá la musa!
Si no reconocéis...
El valor espiritual,
contemplativo,
de un pueblo místico.
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