jueves, 27 de septiembre de 2012

El sol y la rosa



Desolado buscó por todos los rincones...
¡Las mariposas ya eran mariposas!
Sólo ella se percató del brillo de sus ojos,
sólo ella creció ante él como un botón de rosa.


Una y otra vez volvieron a mirarse de esa forma,
cómo se sonrojaba él…
Cómo se apenaba la rosa roja.


Dicen que a todo invierno proceden primaveras;
El relucía radiante,
y ella hermosa.
No cabe duda que la admiración constante rebasa las fronteras.


Un día él no pudo asomarse
y ella entristeció mimosa.
Pero cuándo el cielo llora…
Sus lágrimas florecen.

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