lunes, 27 de agosto de 2012

Con el sentir oprimido



Cuando el sentimiento está pusilánime
es todo un circo con su función.


Me han asaltado malhechoras,

y aunque parezca raro, bajo su dominio,
encabezo la lista de una banda de forajidos.


Aunque ya no sé si de fugarnos soy más su ídolo,

o más prófuga de la injusticia,
o de mi misma.


Las secuazas me llevaron al secuestro del amor

que maniatado y amordazado se resiste.


La ira... ¡Le acusa de iluso!

La tristeza lo tiene como perro apaleado.
Ya la desesperanza no quiere ni mirarlo.


No sé si mi cabeza tiene precio,

o será mi conciencia,
o la influencia de la inquisición
pero creo que decidieron decapitarlo.


Y ya solo atino a decir

¡Como las plantas...Un cariño así tan arraigado
no se muere con truncar así como así nada mas!

No hay comentarios:

Publicar un comentario